Durante el mes de enero, haciendo un alto de mis vacaciones en Mar del Plata, surgió un interesante tema histórico planteado desde Bolivia.
Como es de dominio público entre aquellos que estamos en el trascendente tema del Bicentenario de la Nación, desde hace mucho tiempo estoy atrás de unos documentos de Manuel Begrano referidos a si hipótesis de1816 de recreación del Imperio del Cuzco. Mi amigo, el historiador del CONICET Dr. Gastón Doucet, tuvo oportunidad de verlos una vez, antes de que se extraviaran para no aparecer nunca más, al menos hasta el presente.
Resulta que me escribió un apreciado amigo de Tarija quién trata de darme una mano en este tema, pero resulta que en esta ocasión me habló de otra cuestión casual que surgió recientemente, parecida a la que ocurrió azarosamente con el casco de San Miguel Arcangel que doné a la Casa Histórica de la Independencia en Tucumán.
Me comentó esa vez que está muy preocupado por unos documentos históricos de la antigua provincia del Tucumán que salieron a la venta pública, y que logró retener por un tiempo. Se trata del registro inventarial del primer marquesado de Tojo, realizado por el notario Bernardo de Prada entre 1717 y 1718, que fuera puesto en venta por sus propietarios, una familia de apellido Ugarte.
Estaba preocupadísimo por que allí no parecía haber el menor interés en guardar documentación referida a patrimonio de la vieja provincia del Tucumán. Me preguntó entonces si yo podía resolver tal cuestión con urgencia. Resulta que lo natural hubiera sido ceder el caso a mis parientes de Bolivia con quienes venimos trabajando temas históricos familiares desde hace bastante tiempo, en particular mi muy querido primo el Dr Javier Campero Paz Estensoro, eventualmente también su hermano Gonzalo, quienes de estar en Bolivia resolverían con la premura del caso; pero resultó que Javier y Gonzalo estaban en el exterior de vacaciones, así que tenía que hacer algo con premura.
El expediente, en manos de un familiar político de los Campero, consta de ciento ocho folios que relatan buena parte del inventario del marquesado de Juan Joseph Fernández Campero y Herrera al momento de su muerte, registrado por pedido de su esposa Doña Josefina Gutiérrez de la Portilla, marquesa consorte del Valle de Tojo o Yavi.
Siendo un documento de importante valor histórico para nuestra región del Tucumán y el país, algo había que hacer de mi parte para que éste no se perdiese en la noche de los tiempos o en manos de algún coleccionista de cualquier otra parte del mundo. Contesté entonces a mi amigo que tratase de retener ese expediente hasta tanto encontrase la forma de resolver la situación, con la mejor de las voluntades de mi parte y, de ser posible, con rapidez.
De inmediato me puse en contacto con los miembros de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán, Teresa Piosseck Prebisch, Sara Peña de Bascary, Celia Terán, y desde luego, con el Dr Carlos Páez de la Torre, director del Archivo Histórico de Tucumán quienes mostraron, como siempre, un fuerte interés por el documento y su preservación patrimonial. Con las autoridades nacionales era poco probable encontrar respuesta para este valioso documento de la época colonial. Contesté a mi amigo pidiéndole nuevamente que trate por unos días de retener el documento, y que buscase un acuerdo posible con la familia Ugarte.
Averigüé algunas cosas: creo que ese documento de 1717, es el que usó el coronel Marquiegui luego, en 1816, para confirmar el inventario de lo que debía confiscar al marqués de Tojo (Yavi) después del combate o sorpresa de Yavi, donde Fernández Campero cayó prisionero. En principo la requisa de su hacienda en Tojo, su casa e iglesia fue un acto ordenado, y se sabe que fue mediante un punteo detallado de los bienes, pero terminó después todo en un saqueo total de Yavi.
Conozco por otra parte que la familia Ugarte es pariente política de la Campero, por cuanto la madre del coronel Mariano Campero -contendiente realista y a su vez primo del marqués patriota-, era hijo del primer Campero gobernador de Tucumán, Juan Manuel Fernández Campero, quién estaba casado con una Ugarte. Era primo del 4º Marqués de Tojo o Yavi. Cuento con algunos datos más que estoy logrando a toda velocidad y otros que me está enviando, que servirán para hilvanar la trama del expediente reaparecido luego de doscientos años de extravío.
No habiendo aparecido una solución por vía de terceros, decidí establecer un diálogo y negociación que me permitiese, si fuese posible, acceder al documento familiar, lo que ocurrió en definitiva.
Después de un laborioso ir y venir que se prolongó por un mes y medio, ya cuento en mis manos con el expediente histórico.
Por supuesto que haré con el lo que la Junta me indique, dándolo en donación, igual que ocurrió con el casco de San Miguel Arcángel, fuese esta vez al Archivo Histórico o a aquella institución que la Junta considere más conveniente.
Como tema agregado comento que hace unos tres años doné al Archivo Histórico más de sesenta documentos muy interesantes, que van desde 1860 a 1869, de la época de la unificación nacional. Son expedientes posteriores a la batalla de Pozo de Vargas y la ocupación de La Rioja, cuando nombraron a mi bisabuelo Octavio Lobo primer Fiscal Nacional de La Rioja. Me tocaron de herencia cuando falleció mi mamá.
En cuanto a este nuevo documento indicaré, como paso previo a la donación, su digitalización para un archivo electrónico de dominio público. Posteriormente, es mi deseo que sea transcripto y publicado por la Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán.
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